Después de nuestra estadía en Manchester, donde también visitamos Chester y Liverpool, nos fuimos para la capital de Escocia, Edimburgo.
Muchos nos habían adelantado que nos iba a encantar, así que ya íbamos entusiasmados y con la idea de encontrarnos con una ciudad muy linda.Después de unas 5 hs de viaje con un intercambio de tren en York, llegamos a la capital escocesa. Edimburgo nos sorprendió y mucho, superó absolutamente todas nuestras expectativas desde el momento en que salimos de la estación de Edinburgh Waverly en New Town y vimos el Castillo y el Monumento a Scott.
Estas dos fotos las saqué apenas salíamos de la estación de tren. No me daban las manos para sacar las fotos con la valija y todo lo que llevaba, pero la vista que teníamos era increíble y acabamos de llegar. En la foto de la derecha se ve el Castillo de Edimburgo arriba y Princes Gardens abajo. En la foto de la izquierda se ve el Scott Monument, un monumento de estilo gótico gigante.
Nos fuimos caminando hasta el CityRoomz Hotel, un hotel de la misma compañía que Sleeperz (acá conté lo espectacular que había sido ese hotel). En el camino, con Joqui no parábamos de decir lo increíble que era la ciudad y no aguantábamos las ganas de que sea el otro día y poder empezar a recorrerla.
La ubicación del hotel era excelente, en el centro, en frente de un Boots (cadena de farmacias donde comprábamos siempre comida, sí, venden comida) y de algunos pubs. El hotel era un poco más antiguo que Sleeperz pero la atención y la habitación igual de buena. Hasta teníamos una plancha y una tabla de planchar! Excelente!!!!!La habitación la conseguimos con un 40% de descuento a través de Booking pero esta vez sin desayuno. Super barata y con todas las comodidades. Al igual que Sleeperz, totalmente recomendable!
Ya era tarde y estábamos muy cansados, así que nos fuimos a dormir para después arrancar con nuestros tres días completos en una de las ciudades más lindas que estuvimos.
PRIMER DÍA EN EDIMBURGO
Decidimos arrancar el día visitando el Castillo de Edimburgo. Llegamos tan temprano que el castillo estaba cerrado, así que aprovechamos para sacar fotos ya que había muy poca gente.
En el momento en que el Castillo abrió, apareció un grupo enorme de turistas con un guía, todos muy acelerados. Ni de casualidad entrabamos con ellos, así que postergamos la visita para el día siguiente.
Salimos de la zona donde se encuentra el Castillo y caminamos por la Royal Mile.
Pasamos por la catedral de St. Giles y City Chambers, hasta que después nos metimos en Bank St y nos chocamos con el Museum on the Mound, es chico y se recorre rápido, salimos y cruzamos The Mound, una calle que conecta Old Town con New Town. Todo ese camino me encantó!
Museum on the Mound
Cuando hay un punto turístico, ponen estos carteles calificándolo.
Sobre The Mound se encuentra la Scottish National Gallery. Jo tenía ganas de entrar y yo no. No entiendo mucho el arte, hay "obras artísticas" que no entiendo. Hasta hace un par de meses decía "esto lo podría haber hecho yo", hasta que una vez lo dije y una profesora de arte me dijo "si, pero no lo hiciste". Turn down for whatttttttttttttttttttt jajaja. Tenía toda la razón del mundo, puedo criticar mucho y pensar que una obra es super fácil de hacer, pero no se me ocurrió hacerla, así que no puedo decir nada!
Terminamos entrando al museo y me entretuvo bastante. Antes de salir pasamos por el shop y, para colmo, había una taza con una conversación que decía: - I can do that! - Yeah, but you didn't. Muy bueno jajajaj
Nos chocamos con Princes Street y empezamos en dirección a la estación de tren para pasar por el Monumento a Scott.
Lo último que me hubiera esperado era ver a un hombre con pollera! Pensé que era algo que ya no se usaba hace muchísimo tiempo, pero no. No solo vimos varias personas en esquinas vestidas como un "típico" escoces tocando la gaita, sino también hombres caminando normalmente. Hasta chicos como nosotros!
Obviamente no son mayoría, pero hay y si vas seguro ves alguno.
Alicia (la chica con la que nos estuvimos hospedando en Londres), nos contó que los hombres de familias escoces usan el kilt en ocasiones especiales como casamientos o algún evento importante.
Walter Scott fue un escritor de novelas históricas y poesía escoces que murió en el siglo XIX. En el centro del monumento se encuentra una escultura a Scott.
Desde el ángulo que saqué la foto no se llega a ver la escultura.
Caminamos hasta St David St hasta chocarnos con George St, una calle de compras paralela a Princes St.
Sobre Princes St hay más locales, pero sobre George St está Cath Kidston y Anthropologie que era donde yo quería ir!!!
En Cath Kidston nos atendió una brasilera copadísima que se puso re feliz cuando se enteró que eramos de Buenos Aires!
Terminamos de recorrer esa calle y algunas que se desprenden de ella y nos fuimos a comer a KFC (nunca maaaaaaaaaaaás, las alitas de pollo son demasiado picantes!!!!), después bajamos a Princes Gardens para caminarlo un poco.
Caminamos por los jardines y empezamos a subir la roca donde se encuentra el castillo para tener una vista panorámica de la ciudad.
La vista es increíble! Tuvimos la suerte de que empiece a oscurecer mientras estábamos ahí arriba, así que veíamos como el el sol iba cayendo mientras que el cielo se ponía rosa.
Llegamos hasta el castillo y volvimos a cruzar hacia New Town, compramos comida y nos fuimos para el hotel.
SEGUNDO DÍA EN EDIMBURGO
Nos levantamos temprano, desayunos y nos fuimos, otra vez, para el Castillo de Edimburgo. La entrada no era tan barata, £19 con audioguía (recontra vale la pena las audioguías de los castillos), pero sabíamos que no podíamos venir hasta acá sin entrar al lugar más importante de la ciudad, además, ya habíamos entrado al Castillo de Cardiff y nos había encantado.
Recorrer el Castillo te lleva mínimo dos horas y media. Mínimo. Es muy grande y hay muchas cosas para ver. Esta buenísimo! Y más con la audioguía, es super interesante conocer que rol tuvo el Castillo en las distintas épocas. Además tenés una vista increíble de la ciudad!
Salimos del Castillo, compramos comida y nos fuimos a almorzar a Princes Gardens. De ahí nos fuimos para la zona de Deans Garden para hacer todo el recorrido bordeando Water of Leith, el principal río que atraviesa Edimburgo, y terminar en el Jardín Botánico.
El camino desde Princes Gardens hasta Dean Gardens y todo el recorrido hasta el Jardín Botánico es muy lindo!
Al Jardín Botánico realmente no lo puedo calificar porque, como allá es invierno, muchas plantas, arbustos y árboles están sin hojas, así que mucho no se podía apreciar.
Había zonas, como esta, en las que había algunas flores, arbustos y árboles con hojas y se te colaba alguna que otra ardilla en la foto jaja
(¿Ya dije que las ardillas son lo mejor que existe en el mundooooooo?♥)
Salimos del Jardín Botánico y caminamos por Broughton St hasta llegar al shopping donde está John Lewis y volvimos para el hotel.
Me encanta que haya locales en un nivel más abajo que la calle y que los pinten lindos y los carteles tengan diseños copados para que resalten y no pasen desapercibidos!
En esta florería me quería quedar a vivir, ¿por qué es tan lindaaaaaaaaaaaaa?
TERCER DÍA EN EDIMBURGO
A la mañana hicimos la Ruta de Inspiración de J.K Rowling, volvimos para el hotel a preparar las valijas y a la tarde fuimos a una casa de té recomendada por Booking (al reservar estadía en Edimburgo a través de esa plataforma nos regalaron un guía gratis de lugares para conocer, restaurants, casas de té y pubs para todos los bolsillos, rutas sugeridas, lugares escondidos, etc)
La casa de té se llama Eteaket y queda sobre Frederick St debajo de una de las peluquería de Charlie Miller (se ve que es conocido, yo no tengo ni idea). Me gustó mucho, un poco oscuro, pero la decoración es muy linda y, por lo menos a nosotros, nos atendieron muy bien. La moza nos ofreció prepararnos el té en hebras, se ve que vio que eramos un desastre jaja.
Hay cuatro opciones de Afternoon Tea y se pueden ver en el menú online. Nosotros pedimos el Eteaket High Tea.
Hay cuatro opciones de Afternoon Tea y se pueden ver en el menú online. Nosotros pedimos el Eteaket High Tea.
Podías elegir cualquiera de los tés y sandwiches de la carta. Yo pedí un Blueberry Rooibos con un sandiwch de cranberry y queso Brie (riquisimoooooo!) y Jo se pidió un Earl Grey con un sandwich de Honey Roasted Ham (¿¿jamón asado con miel??) y Cheddar Escoses. También incluía una mini patisserie (exageradamente mini) y un scon con - algo así como -queso crema y mermelada de frambuesa.
Todo muuuuuuuuuy rico!!!
Edimburgo es una ciudad que me encantó, pero me encantó en serio, un lugar que sin duda volvería. Como era invierno, muchos árboles no tenían hojas; eso, sumado al graznido de los cuervos, te sentías en un cuento. A donde vayas te encontrás algo que te hace sentir de esa forma.
Desde que salimos de la estación de tren hasta el momento nos fuimos, amamos esta ciudad. El Castillo, los edificios góticos, los monumentos, las puertas y negocios de colores, Princes Gardens, los escoces vestidos con el kilt, los cuervos, las calles, todo junto forma una ciudad increíble que parece de otra época. En estos momentos quisiera ser escritora y poder describir con lujo de detalle lo que fue estar en Edimburgo, i n c r e í b l e !
Vicky♥